Formatos libres para Noruega
El gobierno de Noruega, por medio de su Ministro de Modernización (curioso ministerio, incluso para Noruega, qué tendríamos que hacer el resto) ha anunciado la obligación de usar formatos libres para el intercambio de información entre los ciudadanos y el gobierno.
Esto, que es lo más razonable para el escenario en el que se aplica, parece todavía lejano en muchas administraciones. Si en otros ámbitos, una administración pública obligase a utilizar los productos de una determinada empresa, que sólo la favorecen a ella, se hablaría de prevaricación. En el campo de las tecnologías de la información esto se da. Aún hay que madurar en este campo, y los gobiernos están en una posición inmejorable para liderar este proceso. En Noruega parece que ya se han dado cuenta.
Esto no es un tema de software libre o propietario, es de formatos, algo que está al alcance de cualquier software. Pero en el caso del software propietario, un formato cerrado es una de las ataduras más importante para los usuarios de un sistema.
Los usuarios que usan estos formatos para guardar su información, deben saber que sin ese sistema, no podrán recuperar su información, sin ese sistema, su información es como si no existiese. Su información está en manos de las compañías de software que controlan ese formato. Quizás el negocio de estas compañías no sea la venta de software, el software puede ser sólo ser la excusa para imponer un formato cerrado que garantize que sus clientes seguirán comprándoles a ellos.
Para la gran mayoría de productos y servicios existentes, uno puede cambiar de proveedor cuando lo desee. Con algunos sistemas de información eso no es posible. Y que una administración pública, para prestar los servicios a los que en unos casos se tiene derecho y en otros la obligación, emplee exclusivavamente formatos no libres, es algo que sólo beneficia a la compañía que vende el software que usa ese formato.
Siendo la administración electrónica uno de los objetivos y retos más importantes que tienen que afrontar las administraciones publicas en el futuro, que tengan claro ante todo que la única alternativa viable son los formatos libres.
Que también lo tengan en cuenta las compañías que desarrollan software propietario.
Esto, que es lo más razonable para el escenario en el que se aplica, parece todavía lejano en muchas administraciones. Si en otros ámbitos, una administración pública obligase a utilizar los productos de una determinada empresa, que sólo la favorecen a ella, se hablaría de prevaricación. En el campo de las tecnologías de la información esto se da. Aún hay que madurar en este campo, y los gobiernos están en una posición inmejorable para liderar este proceso. En Noruega parece que ya se han dado cuenta.
Esto no es un tema de software libre o propietario, es de formatos, algo que está al alcance de cualquier software. Pero en el caso del software propietario, un formato cerrado es una de las ataduras más importante para los usuarios de un sistema.
Los usuarios que usan estos formatos para guardar su información, deben saber que sin ese sistema, no podrán recuperar su información, sin ese sistema, su información es como si no existiese. Su información está en manos de las compañías de software que controlan ese formato. Quizás el negocio de estas compañías no sea la venta de software, el software puede ser sólo ser la excusa para imponer un formato cerrado que garantize que sus clientes seguirán comprándoles a ellos.
Para la gran mayoría de productos y servicios existentes, uno puede cambiar de proveedor cuando lo desee. Con algunos sistemas de información eso no es posible. Y que una administración pública, para prestar los servicios a los que en unos casos se tiene derecho y en otros la obligación, emplee exclusivavamente formatos no libres, es algo que sólo beneficia a la compañía que vende el software que usa ese formato.
Siendo la administración electrónica uno de los objetivos y retos más importantes que tienen que afrontar las administraciones publicas en el futuro, que tengan claro ante todo que la única alternativa viable son los formatos libres.
Que también lo tengan en cuenta las compañías que desarrollan software propietario.
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