La definición de inteligencia que manejan los informáticos
Tras leer este post me ha decidido a leer el último libro de José Antonio Marina, 'La Inteligencia Fracasada'. Andaba por casa, y como estoy leyendo varias cosas a la vez, pensaba leerlo más adelante, pero me ha picado la curiosidad, y como no es muy extenso, en esas estamos, otro más y van ...
Aún no he llegado a la parte comentada en el post, pero nada más comenzar el libro, Marina advierte sobre 'la definición de inteligencia que manejan los informáticos' (aclara que esto ya lo criticó en su libro 'Teoría de la Inteligencia Creadora').
Un concepto que dice que "la inteligencia es la aplicación de la información para la consecución de metas". ¿Y qué tiene de perverso este concepto? Pues que este planteamiento sólo se preocupa de conseguir un fin, no de la elección de éste, sólo importa lo que hay que hacer y por tanto conseguirlo, no el por qué hay que hacerlo, es decir, no tiene en cuenta la elección de los objetivos (suena a ética, otro de los temas importantes para Marina). Marina habla en este libro del mal uso de la inteligencia, qué ocurre cuando el problema no es carecer de inteligencia, sino el no saber utilizarla, lo que identifica como el saber dirigir nuestra inteligencia.
Estoy de acuerdo con los planteamientos de Marina, con lo que no estoy de acuerdo es con que todos los informáticos tengamos ese concepto de la inteligencia. A los que lo tengan les diría que leyesen el libro de Jeff Hawkins que he comentado en estos posts (1, 2, 3). En este libro hay un
capítulo del que no he hablado, principalmente porque su contenido no forma parte de la teoría de Hawkins, y porque el propio autor muestra poco interés, trata de la conciencia y la creatividad.
El escaso interés del autor se debe a que considera que éstos son atributos propios de la inteligencia humana, que no entran en el terreno que le interesa, estudiar cómo el cerebro resuelve cosas para construir aplicaciones que hagan lo mismo, y dejar que las cosas que requieren creatividad, inventiva, etc. las hagan los seres humanos. Creo que esto encaja muy bien con los planteamientos de Marina. Las máquinas podrán tener inteligencia para hacer ciertas cosas, podrán resolver en un futuro problemas que hoy sólo resuelven las personas, pero habrá cosas que no podrán hacer por mucha inteligencia que tengan, porque no serán humanos, no podrán tener sus vivenvias, experiencias, etc. por lo que entre otras cosas, las decisiones sobre lo que hay que hacer, serán cosa de las personas.
Creo que esto pone a la inteligencia artificial en su sitio, y a las personas en el suyo. No creo que las máquinas puedan ni deban tomar las decisiones que conciernen al ser humano. Seremos nosotros los que las tomemos, así que ya sabemos de qué irá la cosa. Al menos contamos con la agudeza de los pensamientos de Marina para ayudarnos a hacer un buen uso de nuestra inteligencia.
Technorati tags: inteligencia artificial
Aún no he llegado a la parte comentada en el post, pero nada más comenzar el libro, Marina advierte sobre 'la definición de inteligencia que manejan los informáticos' (aclara que esto ya lo criticó en su libro 'Teoría de la Inteligencia Creadora').
Un concepto que dice que "la inteligencia es la aplicación de la información para la consecución de metas". ¿Y qué tiene de perverso este concepto? Pues que este planteamiento sólo se preocupa de conseguir un fin, no de la elección de éste, sólo importa lo que hay que hacer y por tanto conseguirlo, no el por qué hay que hacerlo, es decir, no tiene en cuenta la elección de los objetivos (suena a ética, otro de los temas importantes para Marina). Marina habla en este libro del mal uso de la inteligencia, qué ocurre cuando el problema no es carecer de inteligencia, sino el no saber utilizarla, lo que identifica como el saber dirigir nuestra inteligencia.
Estoy de acuerdo con los planteamientos de Marina, con lo que no estoy de acuerdo es con que todos los informáticos tengamos ese concepto de la inteligencia. A los que lo tengan les diría que leyesen el libro de Jeff Hawkins que he comentado en estos posts (1, 2, 3). En este libro hay un
capítulo del que no he hablado, principalmente porque su contenido no forma parte de la teoría de Hawkins, y porque el propio autor muestra poco interés, trata de la conciencia y la creatividad.
El escaso interés del autor se debe a que considera que éstos son atributos propios de la inteligencia humana, que no entran en el terreno que le interesa, estudiar cómo el cerebro resuelve cosas para construir aplicaciones que hagan lo mismo, y dejar que las cosas que requieren creatividad, inventiva, etc. las hagan los seres humanos. Creo que esto encaja muy bien con los planteamientos de Marina. Las máquinas podrán tener inteligencia para hacer ciertas cosas, podrán resolver en un futuro problemas que hoy sólo resuelven las personas, pero habrá cosas que no podrán hacer por mucha inteligencia que tengan, porque no serán humanos, no podrán tener sus vivenvias, experiencias, etc. por lo que entre otras cosas, las decisiones sobre lo que hay que hacer, serán cosa de las personas.
Creo que esto pone a la inteligencia artificial en su sitio, y a las personas en el suyo. No creo que las máquinas puedan ni deban tomar las decisiones que conciernen al ser humano. Seremos nosotros los que las tomemos, así que ya sabemos de qué irá la cosa. Al menos contamos con la agudeza de los pensamientos de Marina para ayudarnos a hacer un buen uso de nuestra inteligencia.
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